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Mostrando entradas de septiembre, 2010

En una tarde de lluvia...

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En una tarde de lluvia Hay un aroma en mi mente… Hay unos ruidos golpeándome y unas gotas húmedas a través de mis persianas…hoy voy a intentar escribir. Inhalo…mi mente atraviesa lo normal…sale de todo parámetro y se decide ir a volar con mis pensamientos. ¿Es mucho pedir cerrar los ojos y trasladarte? No solo a un lugar, sino a un tiempo, un momento...un aroma Volver a esa mirada, a esa risa...esa única compañía que solo ustedes me pueden dar. Necesito aparecer, oler esa tierra, esa brisa única de un océano puro...de mi casa. Llegar ahí, único territorio de donde mis pensamientos nunca se han ido. Sentarme en mi sillón, disputármelo con mi tata mientras tú nos miras con esas mejillas junticas, Y en ese momento te ríes y nos dices “mi osito y mi palomita”. Una vez escuché que el alma viaja más lento que nuestro cuerpo. Bueno, la MIA sigue anclada en esa playa...en la vista de mi balcón, En eso que llamamos hogar y en ustedes dos. Hoy no puedo estar contigo tatico y el corazón me

Imaginandote y viviéndote..

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Imaginándote y viviéndote. Tanto tiempo te he esperado, y aún mi pensamiento sigue imaginándote. Viviéndote en cada rostro que me deslumbra. Buscando tu personalidad, sintiéndote en cada piel que toca mi cuerpo y en cada milímetro de segundo que tus manos tocan mi imaginación. En esos ojos negros que me obsesionan por etapas hay algo más, siempre cambian las miradas, los ojos, los labios, las manos, el cuerpo…pero siempre es el mismo sentir. Es ver cuando me ven que realmente tú me estas mirando, es descubrir que en cada persona siempre veo una sola cosa…a ti. Sentir que me tocan es sentir el mismo estremecimiento desde la primera vez que mis sueños se arriesgaron a imaginarte. Cuando unos labios tocan mi dermis y me animo a sentir quiero sentirte a ti, tu pasión y tu desenfreno. Se dice que vivimos de ilusiones, y yo tengo que admitir que la ilusión de que tú seas esa persona con la que me tropiezo día a día y encontrarte hace de mi vida por momentos un mundo fantástico, porque